Siete características de un verdadero cristiano. (6ta. Parte)
La Perla del Navegante
(Episodio #013)
La nueva vida se manifiesta |
¡Bienvenido querido visitante y muchas gracias por escuchar este nuevo episodio en La Perla del Navegante.
Como suelo decir, las perlas son muy valiosas, son como piedras preciosas. Pero, esto es verdad si estamos hablando de una perla original.
Lamentablemente también existen perlas que no son genuinas. Son perlas artificiales. Puede ser que por fuera tengan una muy buena apariencia, tengan el color el peso y la resistencia de una perla genuina, pero en su interior no lo son.
A mucha gente le costaría reconocer las diferencias entre una perla genuina y una perla artificial de gran calidad, pero si esa perla falsa llega a las manos de un gemólogo experto, sin duda será rechazada aunque el dueño se quede con los ojos abiertos.
Es que el experto gemólogo tiene la experiencia, tiene el conocimiento y sabe cuáles son las características de una perla genuina y de gran precio.
Lo mismo se puede decir del corazón humano. Por fuera podemos parecer verdaderos cristianos pero Dios es el experto que mira lo que hay por dentro y él reconoce perfectamente si tenemos las características de un verdadero cristiano.
Si vienes escuchando los programas anteriores ya sabes que estoy hablando del libro escrito por Wim Malgo titulado: Siete características de un verdadero Cristiano.
Este es el episodio número 6. Te recomiendo que escuches con atención y que compartas los episodios anteriores para poder reconocer estas características que todo cristiano debe tener.
En el programa anterior mencioné que, la primera característica de un verdadero cristiano es que tiene la plena certeza de haber nacido de nuevo. El cristiano verdadero sabe que irá al cielo porque ha aceptado la obra que Jesús realizó en la cruz. No tiene dudas de su salvación.
Veamos ahora cuál es la segunda señal o marca que identifica a un cristiano auténtico
Sigo leyendo el libro.
La nueva vida se manifiesta.
El hecho de que un hombre ha nacido de nuevo no se puede ocultar.
Considera lo que Jesús dijo en Mateo 7:16 "Por sus frutos los conoceréis"
Y efectivamente, así es. Si eres sólo un cristiano de nombre sucederá lo contrario, porque entonces te dará vergüenza dar testimonio de Jesús, y si viene al caso escogerás el camino más fácil: -“De esto no se habla”, dirás entonces.
¡Claro que no! ¿Cómo puede alguien hablar de una nueva vida que no posee, o cómo puede dar testimonio de Jesús, si no lo tiene ni le conoce personalmente?
Juan escribe en su primera carta en el capítulo 5 verso 12.
"El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida"
(1 Juan 5:12)
Oh, mi querido amigo, reflexiona por un momento: ¿Eres un hombre o una mujer que por la fe ha vuelto a nacer o eres únicamente un simpatizante?
El que realmente ha nacido de nuevo debe ser un testigo de Jesús, porque ha experimentado personalmente que el Señor se hizo cargo de sus pecados.
En Hechos 4:20 tenemos el ejemplo de Pedro y Juan a quienes, en una oportunidad, los quisieron hacer callar. Los presionaron para que no hablarán más sobre Jesús, pero ellos contestaron con toda seguridad: “No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.”
Por sus palabras, por sus actos, y por su forma de vida, Jesucristo es revelado en aquel que ha renacido. ¿Por qué? Porque Cristo mismo mora por Su Espíritu en el corazón del verdadero cristiano.
En Juan 14:23 podemos leer lo que dijo Jesús:
"El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él"
(Juan 14:23)
Puede ser que tú digas ahora,"-Esto no es cierto, pues yo conozco a algunos llamados cristianos, cuyas malas obras hablan tan intensamente que no se hace caso alguno de lo que dicen; ¡Son unos hipócritas!".
Tienes toda la razón, amigo mío; es que todavía hay cizaña entre el trigo. Esta gente al final tendrá que rendir cuenta de sus actos ante el trono de Dios.
Pero, ¿acaso cambia esto de algún modo tu situación?
Antes ya he mencionado que es una equivocación fatal apoyarse en el hecho de ser miembro de una iglesia.
En primer lugar, a Dios no le importa dónde estás, sino qué eres.
Esto me hace pensar en una señorita joven muy estimada y querida por cuantos la conocían. Era muy religiosa, miembro de la iglesia cristiana local, bautizada y confirmada. Ella cantaba en el coro, leía la Biblia diariamente, y daba ofrendas para las misiones. ¿Puede uno ser mejor cristiano?
Una noche soñó que había muerto. Ella se encontraba ante la puerta celestial, queriendo entrar. ¡Por supuesto, para ella no podía haber otra cosa! Entonces un ángel se pone en su camino y le pregunta:
- ¿Cuál es su nombre?
Ella le contesta:
-Soy la Señorita fulana.
Entonces él ángel toma un libro, lo consulta y, moviendo la cabeza, dice con severidad:
-Usted no está registrada en este libro; usted está perdida.
Ella replica inmediatamente:
-No, no puede ser, debe haber un error; por favor, mire otra vez.
El ángel vuelve a mirar, pero no encuentra su nombre, y dice con rigor:
-Su sitio no está aquí, usted pertenece a la región inferior.
Ella grita, desesperada:
-Pero, ¿qué he hecho para estar perdida?.
A esto, el ángel le contesta:
-Usted no está perdida por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho. Usted no ha creído, usted no ha recibido a Jesús como su Salvador personal.
En ese momento la señorita despertó horrorizada.
Afortunadamente, había sido sólo un sueño. Sin vacilar, se arrodilló junto a su cama y oró:
“Señor Jesús, vengo a Ti como pecadora perdida. Te doy gracias porque no es demasiado tarde. Creo que Tú has muerto por mis pecados; te invito a entrar en mi corazón…”
Mira lo que dice Juan 1:12
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad (o el derecho) de ser hechos hijos de Dios;" (Jn 1:12)
Pensemos en ese niño que una madre acaba de dar a luz. ¿Cuál es la señal de vida más importante de esta pequeña criatura?
La señal es que ¡Grita!... si GRITA... Llora... Si no gritara, es que probablemente habría nacido muerto. Mucho más resulta esto ser verdad con respecto al "segundo nacimiento". Cuando un pecador, consciente de su culpa, recibe el nuevo nacimiento junto a la cruz, entonces "grita", es decir: la maravillosa vida que acaba de recibir se manifiesta por su testimonio y conducta.
¡Qué atroz será el despertar de todos aquellos que un día se darán cuenta que en vez de ser salvos, están perdidos para siempre!.
Ciertamente, ahora sabes si eres nacido de nuevo o no.
¿En qué reconocemos a los renacidos?
Es como un invitado a una boda. ¿En qué le reconocemos? Fuera de su rostro radiante, muchas veces lleva una bonita flor, quizás un clavel aromático, en el ojal. Y se alegra junto con todos los invitados, sabiendo que forman parte de la boda. Así es cuando los renacidos están reunidos: Se siente la unidad. Casi podría decir que vemos y olemos "los claveles".
Entonces, una sola pasión llena los corazones: ¡La de ganar almas para Cristo!
Tal vez algún lector esté ahora algo inseguro. Por un lado, tienes que decir: “Creo también, pues todos tenemos el mismo Dios”. Pero, por otra parte, careces de esta segunda característica. No te atreves a dar testimonio de tu fe en Jesús.
Quizás te ayude aquí si te doy un ejemplo.
La fe, de por sí, nunca causa un nuevo nacimiento. Supongamos que me encuentro en Zurich y deseo viajar a Berna. Consulto, pues, el horario de los trenes. El horario me indica que un expreso sale a las 7:08 de la estación principal de Zurich en dirección a Berna. Debería tomar este tren. ¡Creo absolutamente en la veracidad del horario!... pero, sin embargo, me quedo en casa. ¿Puede esta clase de fe ayudarme de manera decisiva? ¿Llegaré con esta fe a Berna? ¡Oh, no! Claro que no.
La fe o la certeza que digo tener en esa información recibida no sirve de nada si no se aplica. Mi confianza se muestra real y es eficiente cuando doy un paso de fe. Cuando me muevo en base a lo que creo, es decir, voy de inmediato a la estación, y subo al tren que me lleva a Berna. En este momento mi fe ha sido eficiente para mi personalmente, porque ha sido acompañada por el acto de fe decisivo.
Mi querido amigo, ¿de que te sirve tu cristianismo, si no vienes ahora mismo Cristo ¿de qué te sirve tu fe en Dios?
Mira lo que dice Santiago 2:19
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan”
En el versículo siguiente Santiago agrega que una fe sin obras es una fe que está muerta.
Repito la pregunta anterior:
¿De qué te sirve la fe en Dios y en lo que dice la Biblia, si no te atreves a venir ahora mismo a Jesús dando un paso de fe?
¡Ven, pues, hoy mismo a la cruz, y arrodíllate a los pies del Señor que dio Su vida por ti!
“Ven a Jesús, y por El vivirás,
En su sangre paz encontrarás,
Y en pos de Él, feliz andarás.
¡Oh, ven a Jesús, y salvo serás!”
Hasta aquí hemos visto entonces que la primera señal de un cristiano verdadero es que esa persona sabe con toda seguridad que ha nacido de nuevo, pero la segunda característica es que ese nuevo nacimiento se hace visible por la vida que ahora el nuevo cristiano vive.
Te invito a registrarte y estar atento para que no te pierdas el próximo episodio donde hablaré de la tercera característica que muestra todo cristiano auténtico.
Me alegraría mucho recibir tu mensaje, tal vez algún comentario. Sería hermoso saber que estas perlas de alguna forma te están ayudando.
Para finalizar te quiero invitar a seguir en este viaje y que juntos podamos descubrir cómo ser verdaderos cristianos. Recuerda que, si compartes estas Perlas, puede ser que otros conozcan el camino a la vida eterna.
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Vamos … únete a la tripulación del velero y naveguemos juntos siguiendo la voz del buen Capitán que nos lleva directo al cielo.
Te saluda Gerwuer © el Marinero.⛵️
Hasta la próxima, si Dios lo permite.
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