7 Características de un verdadero cristiano. (Parte 8) Los 3 Culpables de un Amor Apasionado.

La Perla del Navegante

(Episodio #015)


Culpables!! Si, si… sin duda para mi estos tres son los principales culpables o los responsables… 

El Templo del Libro, El Libro del Templo y por supuesto mi Madre.


Pero… si quieres entender mejor de qué estoy hablando quédate leyendo, este nuevo Post en La Perla del Navegante… 


Señores Pasajeros, les doy la Bienvenida a Bordo del Velero! 

Tomen sus lugares y pónganse cómodos, porque estamos a punto de zarpar. Un nuevo recorrido está por comenzar…


“Desde los mares de la vida, dejando el pasado atrás, va el navegante Gerwuer, siguiendo la voz del Capitán.

Sean todos bienvenidos a bordo de este velero que navega rumbo al cielo. Ahora me presento, soy Gerwuer el Marinero…”



Saludos para ti querido visitante!! y muchas gracias por dedicar tu tiempo a este nuevo episodio en: La Perla del Navegante.


Si quieres puedes escuchar el episodio actual buscando aquí 👉Los 3 Culpables de un Amor Apasionado.


Como has leído, soy Gerwuer, un misionero en traje de Marinero. Soy un buscador de perlas preciosas, pero no busco las perlas naturales, sino más bien las Perlas Espirituales, porque son las únicas que tienen un valor eterno.


En realidad, soy un miembro más de aquella antigua tripulación que desde hace muchos años lleva por todas partes el mensaje de salvación, bueno, sí claro… Me estoy refiriendo a La Iglesia, pero no hablo de un edificio, ni hablo de una denominación en particular, ni siquiera me refiero a una religión, mas bien, al decir Iglesia estoy hablando de todos los hombres y mujeres que han sido rescatados por Jesús, quien es el Capitán de esta embarcación. La Iglesia es la tripulación de todos los cristianos verdaderos que han nacido de nuevo, aquellos que han recibido el salvavidas del evangelio, y ahora saben que navegan seguros rumbo al cielo.


Si es la primera vez que llegas por aquí te quiero contar que, usando un poco de rima, y hasta un poco de poesía, intento compartir las grandes verdades que vienen de arriba, es decir lo que dice Dios en su Palabra, La Biblia.


Este es el episodio número 15 en este Podcast llamado La Perla del Navegante, y te agradezco por  tu interés y tu compañía en esta travesía.


He querido comenzar este episodio señalando a los que, según mi parecer, son  los 3 grandes culpables, y permíteme que te lo aclare:

Por un lado está El Templo del Libro.

Por otro lado está el Libro del Templo y en el medio, se encuentra mi madre, porque de alguna forma ella es la conexión entre estos dos.


Tal vez te preguntes: Pero… ¿De qué está hablando este marinero? ¿De qué los está acusando? Bueno en realidad yo los acuso de influenciar mi mente, de impulsarme a soñar y mirar la realidad de una manera diferente. En mi opinión estos tres son los responsables de que hoy, yo esté en esta embarcación junto al Buen Capitán... Directamente los hago responsables de que yo, hoy desde aquí te esté hablando… Si, es verdad. Si ahora me estás escuchando sin duda es por culpa de estos tres … pero por favor mantente conectado hasta el final que luego te lo explicaré mejor. 


Sigamos ahora con el tema que vengo tratando desde los últimos siete programas... Por si no lo sabes, te diré que, desde hace un tiempo vengo hablando sobre un pequeño libro escrito por Wim Malgo, el Misionero que fundó la obra conocida como Llamada de Medianoche.


Su libro se titula: 

7 Características de un verdadero cristiano. 


He pensado que tal vez tendría que haber señalado también a Wim Malgo como uno de los culpables de mi travesía… pero dejémoslo así… Por ahora solo diré que Dios usó lo que este autor escribió para hacerme entender que yo estaba navegando perdido… reconozco que, de cristiano, solo tenía el nombre. Es decir, tenía una religión, seguía una tradición, cumplía con eso de ir a la reunión cada domingo, pero no tenía una verdadera relación con Jesucristo. No se veían en mi vida las características que se ven en todo aquel que es un cristiano genuino.


No sé si has escuchado el programa anterior pero te cuento que estuve hablando sobre la hermosa Perla que se forma en el lugar secreto de la Oración. Una perla que se desarrolla mejor en los tiempos duros y de mayor aflicción. El cristiano verdadero es un cristiano que ora, y lo hace en todo momento y a toda hora. Sin duda, la oración, es un rasgo evidente en todo el que tiene la nueva vida del Señor. Se suele decir que orar es como respirar… no puedes vivir sin respirar y no puedes ser cristiano sin orar… yo creo que algo anda mal cuando un hijo no quiere hablar con su padre. Lo mismo pasa con aquel que dice ser cristiano pero que no quiere hablar en oración con su Padre Celestial, evidentemente algo anda mal.


La característica que ahora me toca presentar es para mi un punto sobresaliente en todo verdadero creyente y me refiero, sencillamente, al amor por la Palabra de Dios. Si la oración es como la respiración, la lectura de la biblia entonces es como la alimentación. Respirar y comer son dos cosas que debemos hacer constantemente para mantenernos con vida.


La Biblia es el antiguo Libro del Templo, ella es la culpable principal de impulsarme a navegar. Sin duda el dedicar tiempo a la lectura de este libro es lo que ha transformado completamente mi manera de pensar.


Tú dices que eres cristiano, bueno eso está bien, pero veamos… ¿Tienes un amor ferviente por La Biblia? ¿La lees cada día? 


El cristiano verdadero se identifica por tener un profundo amor por la Palabra del Creador. 


Wim Malgo lo explica de esta manera:


El renacido está hambriento de la Palabra de Dios


¡Me encanta esta característica! y creo que es una de las cosas más notables o evidentes en todo aquel que ha experimentado la conversión a Cristo. En todo nuevo creyente se despierta una pasión, un gran amor por Las Sagradas Escrituras, el que ha nacido de nuevo tiene deseos de leer, de conocer y de compartir este precioso libro. 


Oh sí … ¡Qué real y qué notable es esta característica! 


En la Biblia, en San Juan 6:48 Jesús dice: "Yo soy el pan de vida". 


Un hombre, aunque se llame cristiano, que no tiene hambre de la Palabra de Dios, se debe preguntar si es que en verdad ha nacido de nuevo. El que tiene la vida de Dios, necesita el alimento que viene de Dios.


Sobre esto Wim Malgo cuenta que su hijo menor le dio una tremenda lección .


Así lo relata en el libro:


“Mi hijo menor tenía apenas unos meses de edad cuando de pronto perdió el apetito. Cada vez que yo llegaba a casa, miraba con preocupación la balanza para saber cuántos gramos de leche había bebido. Pues, de una cosa estaba seguro: si el niño dejaba de comer, entonces moriría.” 


Querido amigo que me escuchas … quiero hacerte una pregunta:

 

¿Es para ti, la Palabra de Dios, un alimento sin el cual no podrías seguir viviendo?


Debes saber que todo el que tiene a Jesús, tiene verdadera vida.

Miremos como lo dice Juan en su primera carta.


Abro la Biblia y leo en la 1 carta de Juan el capítulo 5 verso 12 donde dice: 


“El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”

(1 Juan 5:12)


Wim Malgo menciona que: 

Si alguien tiene a Jesús, tiene una nueva vida y por lo tanto esa vida necesita ser bien alimentada, por medio de la lectura diaria de Las Sagradas Escrituras. 


A continuación, el mencionado escritor, hace referencia a un pasaje del evangelio de Juan donde nos encontramos a Jesús que está hablando con unos hombres muy religiosos de su tiempo. Estos leían las Escrituras, pero no las entendían, esperaban la llegada del Mesías pero no se daban cuenta que ya había llegado tal como las mismas Escrituras lo habían anunciado: 


Jesús les dice a estos religiosos algo así: 

“Ustedes examinan las Escrituras; porque les parece que en ellas tienen la vida eterna, y son ellas las que dan testimonio de mí”

(Juan 5:39). 


Y luego Jesús agrega … "y no quieren venir a mí para tener vida." (Juan 5:40)


No se que piensas tú, pero yo me lo imagino a Jesús hablándoles con asombro y diciendo… “Ustedes, que tanto buscan la Vida Eterna en las Escrituras, se niegan a venir a mí para recibir esa Vida Eterna y no entienden que soy aquel que las Escrituras les revelan.”


Al igual que en aquellos tiempos, hoy también hay mucha gente que dice ser cristiana, gente que es muy religiosa, pero que no ve o no entiende la importancia y el valor de leer La Biblia. No pueden creer el mensaje de sus páginas porque para ellos no tiene ningún sentido. No encuentran ningún alimento, ningún beneficio, lo cual es una clara señal de que no han renacido.


Tal vez has escuchado estas palabras de la boca de alguno que dice ser cristiano: 


“Yo voy a la iglesia cada domingo, y creo que con esto ya tengo más que suficiente”


Wim Malgo se pregunta ¿De dónde viene esta declaración?


Y su respuesta es que: 

Generalmente viene de aquellos, para los cuales, supuestamente, “La predicación o el sermón del domingo es todo lo que necesitan” 


A una hombre que sostenía esta idea, Wim Malgo le contestó: 


"El domingo espero tener un buen almuerzo, pero estoy seguro que esto no me bastará para toda la semana".


Como ya he mencionado, aquel que solo es un cristiano de nombre queda completamente desenmascarado porque le falta este rasgo tan importante… no le interesa alimentarse de la Biblia. 


Wim malgo sigue diciendo:

Los cristianos de esa clase son acompañados por la triste característica de que su apetito se dirige hacia otras cosas fuera de su religiosidad. 


Esto es una consecuencia lógica cuando falta el nuevo nacimiento. Estas personas con mucho gusto borrarían los límites que existen entre el mundo y el seguir a Cristo. 


Mientras que su vida exterior corresponde a las formas usuales de la vida cristiana, sus corazones permanecen apegados al mundo. 


Esto me recuerda algo que también escribió Juan en su primera carta diciendo a los verdaderos cristianos: “No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre." (1Jn 2:15-17)


Volviendo al libro de Wim Malgo el autor dice que:

“El mundo es eclesiástico o religioso, mientras que la Iglesia se ha vuelto mundana”… Esto es lo que se puede observar en esta multitud que ha borrado los límites.” 


Quizás perteneces tú, querido oyente, a esta clase de cristianismo que solo cumple con la tradición de la religión pero que nunca ha experimentado un renacer espiritual. 


Sigo leyendo el libro… el autor dice:


Puede ser que ahora me preguntes indignado:

 

"Pero es que…  ¿No puede uno disfrutar de la vida? ¿No se puede ir al cine?  Yo pienso que ir a ver una buena película no puede hacer mal.


“Acaso ¿No está permitido bailar? Yo pienso que a pesar de todo esto, uno puede ser un buen cristiano” 


A esto quisiera contestar, dice Wim Malgo, Vete al cine, o vete a bailar siempre que tengas ganas de hacerlo. 


Yo, personalmente, no juzgo a nadie que lo anhela. Pero mira, querido amigo, que esto es precisamente lo típico: La dirección en la que van tus gustos demuestra, infaliblemente, hasta qué grado tienes realmente a Jesús. 


Permíteme que lo vuelva a decir de otra manera:

Las cosas que más te agradan y te dan placer, son las que demuestran si verdaderamente has vuelto a nacer o si a Jesús has llegado a conocer. 


Si fueras un auténtico cristiano que se dirige al cielo, no estarías tan deseoso de disfrutar los placeres de la tierra. ¿No te parece? ¿Lo puedes entender?


Aquel que experimentó el verdadero nuevo nacimiento, ya no puede y no quiere correr más detrás del mundo. Aunque ciertamente sigue estando en el mundo, ya no es del mundo.


Jesucristo es el contenido y la meta de su vida entera. Echa lejos de sí todo aquello que quiere impedirle seguir esta meta. 


Mientras el cristiano de nombre se pregunta: 

"¿Cuán cerca del mundo puedo estar aún, o cuánto puedo gozar de lo que el mundo me ofrece?", el que verdaderamente ha renacido se pregunta: “¿Cuán lejos puedo apartarme del mundo para poder servir mejor a mi Salvador?”


La Escritura dice bien claramente en Santiago 4:4 

“¡Oh, almas adúlteras! ¿No saben ustedes que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios”. 


Oh, mi querido amigo, si tú piensas ahora en “tener algo de la vida” y no tener a Aquél que dice: “Yo soy la vida”, dime, pues, si este mundo ha puesto paz en tu corazón.


Por experiencia personal, conozco tu contestación: ¡No!...


Yo mismo puedo afirmar que en el mundo jamás pude encontrar la paz que tanto he buscado. 


En tiempos pasados, dice Wim Malgo, disfruté de las cosas materiales, y viajé por muchos países en mi afán de disfrutar de la vida. 


Vi muchas cosas interesantes, y como era empleado de un transatlántico, llevé entonces una vida rica en impresiones. Pero después de haber atravesado el océano once veces, me di cuenta de que todo el gran mundo no había traído paz alguna a mi pequeño corazón. Pero desde que he reconocido a Jesús como mi Salvador y Redentor personal, no sólo tengo “algo de la vida”, sino que tengo La Vida.


Dime ¿No quieres tú también ahora mismo acudir a Jesús, y darle tu corazón? 


Si en este momento te das cuenta que solo eres un cristiano de nombre, si reconoces que no tienes una relación profunda con Jesús, si ves que no tienes ningún interés en alimentarte de la Biblia, es evidente que vas rumbo a la perdición, por más que tengas una religión. 


Te animo a decir ahora con fe lo mismo que dijo una mujer llamada Fanny Crosby en uno de sus antiguos himnos


Ella escribió:


"A seguirte a Ti, me consagro hoy 

constreñido por Tu amor,

y mi espíritu, alma y cuerpo doy 

por servirte, mi Señor".


Y entonces, después que te hayas entregado totalmente al Señor, tal y como eres, con todo lo que tienes, Él también se dará totalmente a ti. Sólo entonces serás un feliz y renacido hijo de Dios.


Bien, me detengo aquí en la lectura del libro. 


¿Te acuerdas que al comenzar mencioné que en mi vida hay tres culpables?

Por un lado mencioné El Templo del Libro. Por otra parte mencioné al Libro del Templo y dije que entre estos dos estaba mi madre. 


Bueno déjame que te explique. Para mi estos tres son los culpables de que hoy yo te esté hablando. 


Por un lado está El Templo del Libro que es una antigua librería de mi ciudad natal. Mi madre me compró maravillosos libros en este lugar… libros clásicos como Moby Dick, Los viajes de Simbad el Marino, Los viajes de Gulliver, y tantos otros que fueron de gran influencia durante mi adolescencia. Lo interesante es que, con el correr del tiempo llegué a trabajar en esta librería y fue allí donde tuve mi primera experiencia laboral. Mi madre es la culpable de mi amor a los libros, pero también es la culpable, por así decirlo, de mi amor hacia Dios. Hoy recuerdo que Ella fue la que me regaló el Libro del Templo, es decir la Biblia. Ella también fue la que me impulsó a comenzar un curso para poder entender mejor este libro Sagrado que tanto amo. 


Como dije, entre el Templo del Libro y el Libro del templo está mi madre y sin duda los tres son culpables de inspirarme, cambiarme la vida y desafiarme a viajar llevando el mensaje Celestial. Quién diría que ahora yo te estoy compartiendo a ti un libro con la intención de que también te unas a la tripulación del Señor. Me encantaría poder inspirarte a leer, pero sobre todo quisiera llegar a ser el culpable de que conozcas a Jesús como tu Salvador.


Querido amigo que hoy me escuchas, si todavía estás lejos de Jesús, si todavía no has creído, no has respondido a su llamado, por favor hazlo hoy mismo. 


Lo que más deseo con estos mensajes es que también llegues a ser un marinero más en el velero que se dirige al cielo. 


Para ser claro y muy directo, deseo que seas un cristiano auténtico. Para esto tienes que dar un paso de fe, tienes que creer en Jesús como tú Salvador y buscarle en oración pidiendo perdón, tienes que abrir tu corazón y recibir a Jesús ahora, antes que se termine tu recorrido en esta vida. 


Esta es la verdad que debemos saber todos los seres humanos: 


Nuevamente gracias por acompañarme.


Te invito a registrarte presionando el botón que dice Seguir.

 

No olvides invitar a otros para que se unan en este viaje rumbo al cielo, siguiendo a Jesús quien es el buen Capitán del Velero.


Recuerda que si compartes estas Perlas, puede ser que otros también conozcan el camino a la vida eterna.


Si has encontrado La Perla preciosa y de gran valor no la dejes guardada en un cajón. Comparte con otros el mensaje de Salvación. 

Naveguemos día tras día siguiendo siempre La Biblia. Escuchemos la voz de Dios que nos guía con su gran sabiduría. 


Te saluda Gerwuer © el Marinero.⛵️

Hasta la próxima, si Dios lo permite.


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