7 Características de un verdadero cristiano. (Parte 7) La Perla de la oración

La Perla de la Oración


La Perla del Navegante

(Episodio #014)

Siete características de un verdadero cristiano.

(Parte 7) 

Hoy veremos la tercera característica de un cristiano auténtico y qué relación tiene con la formación de una Perla.


¡Bienvenido a bordo querido visitante! y muchas gracias estar leyendo el Blog.

Te invito a escuchar y compartir este episodio de La Perla del Navegante.


Las Perlas son valiosas. Son como piedras preciosas, pero no se encuentran en la superficie de la tierra, sino más bien en las profundidades del mar. 


Existen perlas que son genuinas, son muy especiales. 

También existen las perlas artificiales, que son solo vanidades.

Pero yo busco y comparto las perlas espirituales, estas son las principales porque tienen un valor eterno.


Si es la primera vez que te acercas por aquí te quisiera decir que he creado este podcast con el propósito de compartir tesoros de valor eterno.


Estoy feliz de contar con tu visita en este velero que recorre los mares de la Vida siguiendo la voz de Dios, quien es el buen Capitán en esta embarcación.


En la introducción he mencionado que las perlas son tan valiosas como lo son las piedras preciosas. Esto es muy real, pero también es verdad que, las perlas genuinas, no se encuentran con facilidad… y sabes qué, en verdad esto tiene mucha relación con el tema que estoy tratando en esta serie sobre la vida cristiana auténtica. 


Los cristianos genuinos no se encuentran con facilidad.


Así como son pocos los que tienen una auténtica perla natural, que han encontrado en el mar, también son muy pocos los que tienen una vida cristiana auténtica y espiritual. 


Si tú eres uno de esos pocos que tienen un verdadero interés por seguir a Jesús y por desarrollar una vida cristiana genuina y espiritual entonces no puedes ser alguien superficial, que solo vive pendiente de lo terrenal.


Lo que quiero decir es que, así como para encontrar una perla debes estar enfocado, debes ser arriesgado, debes lanzarte al mar y profundizar, buscando en todo lugar, de la misma forma ocurre si queremos encontrar los tesoros espirituales de la vida cristiana real.


Si, te tienes que arriesgar, tienes que dejar lo terrenal, te tienes que sumergir, tienes que ahondar en las verdades de La Biblia, debes seguir a Jesús día tras día y por supuesto nunca te debes desanimar. 


No debes renunciar.

Debes buscar y seguir buscando.


Tal vez ya conoces lo que dijo el Señor en Mateo 7:7-8


“Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.”


¿Te das cuenta lo que esto quiere decir? … Jesús habla de Buscar, Pedir, Llamar.

En otras palabras está hablando de insistir.


DEBES PERSEVERAR AUN EN LA ADVERSIDAD y debes mantener la Fe aún en medio de la tempestad.


Debes ser constante en buscar los tesoros espirituales y por supuesto nunca debes desenfocarte porque si miras para otro lado, lo más probable es que la preciosa perla que tanto buscas, quede a un costado, mientras tú sigues de largo.


Debes saber de antemano que los tesoros terrenales son superficiales, son pasajeros, pero los tesoros celestiales son de un valor eterno.


Ahora, volviendo al tema de La Perla natural, quiero hacerte una pregunta:


¿Conoces el proceso que lleva la formación de una Perla genuina?


Por si no lo sabías te diré que las perlas son el resultado final de una herida, una irritación, un gran dolor.


Para mí es notable cómo se llega a formar una gema tan hermosa luego de haber pasado por una situación tan dolorosa.


Déjame que te cuente un poco más sobre las perlas antes de retomar la lectura del libro sobre las características de un verdadero Cristiano.


¿Sabes dónde se forman las perlas?


Probablemente pienses que las perlas nacen solamente en una ostra, pero en realidad las perlas se pueden encontrar en cualquier molusco.


Puede ser en una almeja, un mejillón y hasta en un caracol marino. 


¿Sabías que también se puede encontrar una perla en un río? 


Sí, mi querido amigo, hay perlas en el mar, pero también hay perlas en los ríos. 


Por lo tanto escucha y entiende bien lo que te digo:


Si eres un buscador de perlas valiosas debes profundizar, debes explorar en todo lugar, tanto en el río, como en el mar y recuerda que no solo te debes fijar en las ostras más hermosas. 


Ten presente que:

La mayor riqueza y la belleza en esta vida puede estar escondida en el lugar donde menos lo imaginas. 


Ahora bien… 

¿Cómo se llega a formar la perla dentro de un molusco?


Por empezar déjame que te cuente que el cuerpo de los moluscos es muy blando y sensible.


Cuando un objeto extraño, como puede ser un parásito, una pequeña astilla o una piedrita, ingresa en su organismo, le causa una tremenda irritación, una profunda herida. 


En ese momento, el molusco comienza a luchar intentando eliminar ese estorbo, pero al no conseguirlo, decide usar otra forma de protección. Reacciona a la agresión recubriendo al intruso con varias capas de nácar. 


¿Qué es el Nácar?

El nácar es una sustancia dura, de un color blanco y brillante. Se dice que el Nácar es iridiscente, porque al recibir un rayo de luz tiene la particularidad de reflejar los colores del arco iris.


Lo notable es que el molusco, al no poder quitar aquello que tanto le molesta y le lastima, comienza a segregar está sustancia poco a poco y con eso envuelve aquel objeto que le ha dañado.


Ahora bien, es importante saber que esto no es algo que se consigue de inmediato. Pasan días y años hasta que, por así decirlo, todo queda resuelto. 


Al final, lo que comenzó como un gran sufrimiento se terminó convirtiendo en una Perla, lo que causó tanto dolor, se transformó en algo precioso y de gran valor.


Todo esto que acabo de relatar se aplica perfectamente al tema del que hoy quiero hablar.


Este es el episodio número siete en la serie donde vengo hablando del libro “Siete Características de un verdadero Cristiano” escrito por Wim Malgo. Al final te diré dónde puedes conseguir este libro y otros materiales.


Como mencioné, hoy hablaré de un tema que a mi entender tiene mucha relación con la formación de una perla. 


Ya he presentado las dos primeras características que distinguen a un cristiano verdadero. 


La primera es que el cristiano sabe que ha nacido de nuevo y la segunda es que esa nueva vida no permanece escondida.


Esto quiere decir que todos se dan cuenta del cambio. La vida cristiana se manifiesta, se da a conocer, brilla porque recibe la luz de Dios. 


No solo se reconoce por las buenas obras sino porque el nuevo creyente comienza a hablar a otros de Jesús. 


No puede ocultar el gozo de la salvación que ha recibido y desea que otros conozcan también a Cristo..


Ahora puede ser que tu me digas: Pero yo soy un cristiano auténtico. He nacido en una familia cristiana. Realmente creo en Dios, fui bautizado y voy a la Iglesia cada domingo…


Bueno… si tu dices que eres cristiano… entonces deberías tener también la tercera característica que veremos a continuación:


Ahora sí, retomaré la lectura del libro:


La tercera característica de un cristiano verdadero es que tiene un espíritu de oración.


Lo diré una vez más:

Una persona que ha nacido de nuevo tiene un espíritu de oración.


Si si, es así, como me oyes.


Así como podemos reconocer que una persona está con vida mientras respira, del mismo modo se puede decir que alguien es un verdadero cristiano y tiene vida espiritual, porque lo vemos orar. 


Alguien ha dicho y con toda razón que: 

“La oración es el aliento del alma”. 


Es que la oración es una expresión de la vida divina; es la conexión indispensable con el Dios vivo. 


Las Escrituras dicen que los que todavía no han renacido están "muertos en sus delitos y pecados" por lo tanto no tienen respiración espiritual…  no se los ve orar. 


Pablo escribió una carta a los creyentes que vivían en Éfeso y los lleva a recordar que antes de haber creído en Jesús estaban muertos por todos los delitos y los pecados que tenían acumulados. En dicha carta les recuerda que Jesús les dio aliento de vida, los hizo renacer.


En uno de los episodios anteriores ya lo he mencionado pero quiero que lo volvamos a ver.


Pensemos en esto, sabemos que una persona que está viva respira y sabemos también que si alguien está muerto ha dejado de respirar y no se puede mover. 


Ahora te pregunto: 

¿Dedicas tiempo a la oración? ¿Puedes decir que te mueves y que respiras espiritualmente? ¿Se puede ver que tienes vida?


Cuando digo oración no me estoy refiriendo a la oración formal que se suele hacer en la mesa o a esa oración que se hace antes de ir a dormir.


Ni siquiera me refiero a los ruegos o las plegarias desesperadas que se dicen en momentos de angustia, necesidad o de peligro, aunque realmente dichas peticiones salgan del corazón.


Más bien me estoy refiriendo a la oración en comunión junto con otros creyentes. 


“Cuando alguien viene a mi, en busca de consejo, buscando quizás una orientación pastoral, en algunos casos suele ocurrir que, al tratar con esa persona tengo ciertas dudas o no sé con seguridad si verdaderamente estoy frente a un cristiano que ha nacido de nuevo.


En la mayoría de los casos puedo afirmar que mi duda queda aclarada al final de la conversación, cuando simplemente le digo a esa persona: 


“-Bueno, vamos a orar juntos por este asunto. Que tal si comienzas tu primero.” 


Suele ocurrir que este tipo de personas que dicen ser cristianos se quedan en un angustioso silencio, y muchas veces llegan a contestar: 


“- Disculpe, es que en realidad me cuesta mucho orar en público… esto prefiero hacerlo solo, cuando estoy en mi casa”


Recuerdas la tercera característica: El cristiano auténtico tiene un espíritu de oración. No le cuesta orar o hablar con Dios.


Sigo leyendo lo que dice Wim Malgo en su libro: 


En las reuniones de oración de las Iglesias cristianas bíblicas se puede reconocer esta misma característica, ya sea de una forma positiva o negativa.


Puedes saber si una Iglesia está realmente viva, no por el número de asistentes al culto del domingo, sino por la cantidad de personas que participan con regularidad y se atreven a hablar libremente con Dios en la reunión de oración.


Donde hay pocas personas que oran en la reunión de oración, allí hay poca vida y muy poca acción. 


Es poco lo que sucederá en una Iglesia que no pasa tiempo en oración. 


Si en la congregación no hay reunión de oración, si ni siquiera se ora en público, tengo que ser muy sincero, y decir que más que Iglesia o asamblea, eso se parece a un museo.


Querido amigo que me escuchas, tú, sí si, tú que te llamas “Cristiano” ¿Tienes también un espíritu de oración?


Porque si eres nacido de nuevo no eres tú el que ora, sino el Espíritu de Dios que en tí mora. 


Pablo dice en la carta a los Romanos que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad; pues en realidad no sabemos pedir las cosas como conviene pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos irrepetibles. (Puedes leerlo en Romanos 8:26)


Si una persona no tiene el Espíritu de Dios entonces tampoco tiene un espíritu que lo impulsa a la oración.


Puede ser que ahora mismo me esté escuchando una persona que en verdad es un hijo de Dios pero que nunca se atreve a orar en la reunión de oración, o que lo hace muy raras veces cuando está presente.


Déjame decirte que, casi con seguridad, los demás ya conocen bien tus objeciones o tu defensa… por no decir tu excusa para no orar: 


Tal vez digas:  

“Es que soy muy tímido”; “Soy vergonzoso”;  “Creo que no es mi deber orar en las reuniones de oración” o puede ser que digas: 


“Es que yo no sé orar bonito como lo hace fulanito”; “Qué van a pensar los demás si comienzo a orar y me equivoco” … y no sé qué otras cosas se cruzarán por tu mente para no orar delante de la gente. 


¿No te das cuenta querido hermano o querida hermana lo atado que estás?

 

En mi opinión, la falta de oración es un pecado de omisión. 


El Señor nos dice que debemos perseverar en la oración.


Cuando leemos el libro de los Hechos de los Apóstoles podemos ver, en más de una ocasión, que los creyentes se mantenían o perseveraban unánimes en la oración.


La razón más profunda por la cual en nuestros países no vemos o no experimentamos un profundo despertar espiritual es porque los cristianos no oran como deberían orar.


Mientras muchos creyentes fallan en su vida de oración personal, son muchos más los que fallan en la santa obligación de clamar a Dios en la reunión de oración.


Las reuniones de oración en unidad junto con toda la iglesia tienen promesas especiales de parte de Dios y eso el Diablo lo sabe, por eso tiene un gran interés en que no participes en estas actividades.


Con espanto debemos constatar que, por no asistir muchos hijos de Dios a las reuniones de oración, son muchas las almas perdidas que se ven estorbadas por Satanás y los demonios para que no puedan encontrar el camino a la salvación. 


Querido hermano, querida hermana que me estás escuchando, es necesario que hagas un cambio.


Arrepiéntete, pídele perdón al Señor y apresúrate a participar de la próxima reunión de oración.


Y tú, mi querido oyente, que todavía no eres creyente, o tú que tan solo eres un cristiano de nombre, déjame decirte que Jesús en verdad te ama. Él quiere entrar a tu vida, busca establecer su morada en tu corazón por medio de Su Espíritu. 


¿Por qué no le dejas ahora mismo entrar y tomar el mando? Arrodíllate, búscale, háblale. 


Escucha cómo golpea a la puerta: Toc, Toc, Toc…


Si, en verdad Jesús es quien  llama y espera que le abras: 


“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” Apocalipsis 3:20


No te resistas más, déjale ahora mismo entrar y entonces tendrás también esta característica y esta necesidad de orar sin cesar.


Hasta aquí la lectura de hoy en el Libro de Wim Malgo.


Te comparto que a mi, en lo personal, me ha tocado mucho este tema de orar en grupo. 


No suelo faltar a la reunión dominical. Me gusta cantar al Señor y escuchar el Sermón, pero siendo sincero… ¡Cuántas veces he descuidado la reunión de oración! Admito que no le he dado la importancia o el valor que tiene.


Esto es como lo que mencionaba al comienzo del episodio. Algunos cristianos buscamos las mejores perlas en las ostras más bellas.


Es decir, asistimos con devoción a cada reunión donde se predica La Biblia, lo cual está bien, pero pasamos por alto esos moluscos que nos parecen desagradables, no asistimos a la reunión de oración y así nos perdemos las perlas que hay en su interior.


Al comenzar este episodio hablé acerca del sufrimiento que da lugar a la formación de una perla. 


He pensado cuántas veces no entendemos la razón de las heridas, las aflicciones o las irritaciones que en esta vida tenemos que enfrentar.


Muchas veces luchamos como un molusco tratando con nuestros propios esfuerzos de eliminar aquello que nos lastima o que es un problema. 


Tal vez tenemos un jefe o un compañero en el trabajo que nos hace la vida imposible y comenzamos a buscar otro empleo pensando en liberarnos del problema en lugar de permanecer y orar por esa persona para que Dios la salve y la transforme.


Puede ser que estemos pasando por una enfermedad terminal o que estemos enfrentando cualquier otro tipo de molestia que nos causa irritación, dolor y aflicción, pero en lugar de compartir la situación con los hermanos en la reunión de oración, en lugar de interceder todos juntos ante Dios, luchamos y buscamos nuestra propia solución. 


Pensando en el tema de la formación de las perlas he llegado a la conclusión que la oración puede terminar acumulando un gran tesoro en el cielo. 


Si unidos como hermanos oramos por las almas perdidas, con seguridad encontraremos un gran tesoro cuando estemos con Dios arriba.


Luego de todo lo que he compartido hoy debo decir que este tema lo entiendo mejor con la siguiente ilustración: 


En este mar de la vida a los cristianos se nos ha dado el nácar de la oración y con ella tenemos la obligación de recubrir toda herida, toda irritación, toda pena tristeza o dolor. 


Las Perlas se irán formando en la misma medida en que estemos orando y así el tesoro se irá acumulando.


Como dije, si somos verdaderos cristianos, ese tesoro lo veremos al final cuando estemos en la Patria Celestial.


Gracias por haberme acompañado a lo largo de este episodio. 


No sé si eres un miembro de la tripulación. No sé si en verdad sigues al Señor. 


Mi mayor deseo es que seas un navegante más en este velero que navega rumbo al cielo. 


Para ser claro y directo: Si no tienes a Cristo dentro no eres cristiano auténtico.  


Cómo has escuchado hoy es necesario que abras la puerta de tu corazón, que te decidas a dar un paso de fe, creyendo en Jesús como tú Salvador.


Si estás interesado en conseguir este Libro de Wim Malgo visita la siguiente dirección: www.llamadaweb.org busca allí el libro “7 características de un verdadero cristiano”


Puedes ingresar en este enlace: https://www.llamadaweb.org/producto/7-caracteristicas-de-un-verdadero-cristiano/


También encontrarás otros materiales edificantes. 


Muchas Gracias por tu compañía en esta travesía.


Para finalizar te quiero invitar a seguir en este viaje buscando perlas espirituales y que juntos podamos descubrir cómo ser verdaderos cristianos.


Recuerda que, si compartes estas Perlas, puede ser que otros conozcan el camino a la vida eterna.


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Te invito a visitar mi Blog ingresando en esta dirección: www.laperladelnavegante.blogspot.com 


Vamos … únete a la tripulación del velero y naveguemos juntos siguiendo la voz del buen Capitán que nos lleva directo al cielo.

 

Te saluda Gerwuer © el Marinero.⛵️

Hasta la próxima, si Dios lo permite.


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